Es solo una decisión política más, simbólica, pura aproximación estadística. The Economist pide calma, ‘don’t panic’, y narra «La historia de las tres islas»: en 1950, la población mundial (2,500 millones) cabía apretada en los 381 kilómetros cuadrados de la Isla de White, al sur de Inglaterra. En 1968, el novelista John Brunner calculó que los 3.500 millones de aquel año cabían en los 572 kilómetros cuadrados de la Isla de Man, en el mar de Irlanda, y predijo que para los 7.000 sería necesaria la Isla de Zanzibar (1.554 kilómetros cuadrados), en el este de África. Apretados dicen… si en el metro en hora punta no hay quien aguente!
Naciera donde naciera el bebé, se trata de una cifra simbólica, pues no hay forma estadística de confirmar el bebé 7.000 millones. Por eso, la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos, Navi Pillay, celebró el acontecimiento, independientemente de si es niño o niña o de la India, Filipinas o Rusia.
«El bebé es, simplemente por haber nacido, beneficiario permanente de derechos, con una irrevocable afirmación de libertad», aunque haya quienes entorpezcan esos derechos en nombre de la seguridad estatal, la política económica o el chovinismo, señaló Pillay en un comunicado.
La ONU calcula que la población mundial alcanzará la cifra de 8.000 millones en 2025 y los 10.000 millones antes de que finalice el siglo.
Cada segundo nacen cinco personas y mueren dos. The Indu recuerda que en la época de Cristo, el mundo tenía 300 millones de habitantes. The Atlantic celebra que somos más de 7 billones con una recopilación de fotos.
En Aguas internacionales, en donde documenté esta entrada, tenemos una información acorde con el acontecimiento, si queremos profundizar sobre el tema, porque de 7.000 millones y pico, hay mucho que comentar.
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